Ha sido una temporada difícil la que se ha visto en los últimos meses, esos momentos han quedado congelados en el pasado, la brujería está en el aire y siempre quieres tener la razón, el insomnio insoluto e interminable me mantiene pensando en ti, noche tras noche. Los sueños que tenemos están conectados, hasta este momento no he logrado descubrir que es lo que hago yo cuando aparezco en tus sueños. No es bueno vivir con resentimiento ¿Sabes? Es por eso que, al leer estas líneas testarudas, en tu cabeza sabes que son para ti y nadie más. Por casualidad fue que nos encontramos, como todos los Aries somos testarudos por naturaleza y siempre creemos tener la razón.
Es obvio que lo que nos enamora es una idea de lo que nos hacemos de los demás, esa cercanía irreal que por un momento pensamos que existe. Reciprocidad, esos es lo que queremos, mirarnos en el eterno lago de recuerdos y momentos que guardamos hasta envejecer. Las palabras no son suficientes para delimitar todo lo que representas, por un lado, eres fiera y audaz, pero por otro dulzura y comprensión. El sueño se repite una y otra vez, por un momento pensé que se trataba de brujería, pero solo era la energía que fluía en ambas direcciones, como esa energía todos nuestros pensamientos se traducían en bellos momentos que viviremos en el futuro lejano o cercano.
La química aún está viva, solo es cuestión de acoplarnos nuevamente a la vida del otro, la infancia es la mayor fuente de inspiración, mi madre decía que cuando era pequeño, ella me cargaba todo lo que quería porque sabía que después no podría hacerlo. Abrazados en un instante eterno, como los videojuegos que nunca aprendiste a jugar, pero que atentamente mirabas en mi explicación, no me olvidó de la pintura roja en los labios, es algo que jamás olvidaré, rojos como la luna sobre el mar en una de las tantas noches en las que discutimos. No hay momentos, el presente me mantiene vivo y es el que me da aliento para continuar, los estragos se podían sentir en la forma en que nos relacionábamos en que comentábamos la vida del otro.
No somos los mismos la oscuridad nos ha absorbido estamos cansados y sin ganas, pero sin dejar de pensar el uno en el otro. La distancia aún no nos ha condenado, nuestro camino sigue abierto para encontrarse, para saber que estamos esperando; mi cabello continúa creciendo y puedo ver lo feliz que eres de estar y no estar junto a mí; recuerdo esa noche en que decidimos escaparnos a la playa, ya estábamos en la terminal de camiones alistándonos para subir. Voy caminando por un lugar de mi infancia buscando a alguien que no conozco del todo y que me ha hecho sufrir bastante; esos sueños siguen sucediendo, pero no son como al principio que despertaba agitado, sin poder respirar y con la cama llena de sudor.
Una receta perfecta para el desastre, para no olvidarlo en un largo tiempo, como esas noches sin dormir que nos acosan, nos cruzamos todas las noches en la cabeza del otro, nuestras energías se han entremezclado y están ahora juntas para siempre. Puedo imaginarme de que van tus sueños, de todos esos momentos que estuve contigo y que en silencio dejábamos que nuestros cuerpos hablaran, necesitas de alguien que comprenda las tonterías que estás pensando, que no juzgue cada una de tus acciones, alguien como yo.
Foto por: Dylan Schwartz