El irreprochable capitalismo

Nadie puede escapar de él como un cáncer que infecta a todos. No podemos dejar de consumir, la mercadotecnia, los productos, los viajes, la destrucción del planeta. Los pueblos que se sienten en casa o dueños de su cultura son los que viven realmente felices. Queremos escapar de la penosa realidad en la que vivimos con drogas y otras sustancias; comprando nuestra felicidad con productos que pasarán de moda o dejarán de funcionar en menos tiempo del que podemos darnos cuenta.

El sistema nos ha enseñado a mantenernos al margen, a no decir lo que pensamos a atentar contra la integridad de nuestros cuerpos. La vida es culera, es un juego de azar donde nadie sabe lo que va a recibir, donde preferimos ayudar a otras especies que a la nuestra. Las migajas que caen de la mesa se los tragan nuestros perros y los niños de la calle son vistos con desprecio. Yo soy parte de la marginación de todo lo que no digo, de todas las vejaciones que sufrimos por las figuras de autoridad. Yo soy ese niño abandonado que vive en las cañerías y come las migajas que caen de las mesas de los perros. Soy la mierda del mundo, el olor a basura por la ciudad, el caño desbordante de aguas negras.

No importa cuando leas esto, en tu casa, en la calle, en el cine, mientras te roban, mientras te violan. El sistema sigue su marcha como el tiempo, no hay como detenerlo, ni todos los artículos de la prensa internacional lo pueden detener. Las minorías proliferan para hacernos creer que en el mundo hay libertad, pero no es así, ellos forman parte de la agenda de los grandes banqueros y empresarios. Caminan siguiendo agendas que desconocen y creen que los hace pertenecer, las corporaciones juegan con sus mentes y sus sentimientos haciéndoles creer que ellos son quienes realmente toman las decisiones cuando en realidad es el monstruo sin rostro que arrasa con todo a su paso. Los negocios locales, las pequeñas y medianas empresas, todo termina manchado de sangre de las aguas negras que infestan nuestras arterias.

En el momento en que te das cuenta de como funciona es cuando decide joderte y ponerte frente a un espejo. Todos tus miedos e inseguridades se revelan frente a ti y te hacen ver que te controlan. Tu casa, tu ropa, incluso tu cuerpo es victimario; tú eres la víctima de la mercadotecnia de las personas y sus seguidores, de las marcas que debes consumir y las que no; las causas que requieren tu atención y las que no vale la pena seguir. Todo eso envuelto en una pantalla que lentamente nos va matando con Cáncer. Tienes que estar en forma, comer bien y vestir bien y eso es lo que haces.

Te jodieron y no te diste cuenta. Ahora usas un traje que no entiendes y palabras que no tienen sentido mas que para las personas que las inventaron. Te jodiste no lo puedes aceptar ni rechazar sólo puedes arrebatarlo en las compras, seguir consumiendo y esperar que algún día después de que todos se hayan jodido, que todos hayan consumido, viajado, conocido o probado, justo en ese día cuando el mundo se acabe, entonces en ese momento comenzarás a preocuparte por hacer algo por él; volver la cara por tus semejantes, reciclar todo lo que no pudiste reciclar en el pasado, ayudar a los pobres desposeídos y desprotegidos porque ese día los papeles se invertirán, ahora el juez se volverá el juzgado y por mala suerte el sistema no estará ahí para protegerte.

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